Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar
Hace una semana aproximadamente que dejé mi antigua hermandad y como en anteriores ocasiones seguramente mi decisión haya sido equivocada. No siempre tiene que existir una razón de peso para hacerlo, en este juego para divertirse hay que establecer ciertas «metas alcanzables» y lo más difícil es buscar la gente con las que conseguirlas. En el camino te encuentras gente maravillosa, gente con tanta calidad humana y dedicación que puedes aprender incluso cuando creías haberlo aprendido todo. Pero por algún motivo, aun cuando todo el viento sopla a favor, aún cuando las expectativas de alcanzar esas metas son más factibles que nunca… hay algo que lo estropea todo, que me hace perder la ilusión y para lo cual no estoy preparado. He intentado reflexionar, recordando por qué he tomado decisiones similares en el pasado dejando atrás muchas cosas buenas, necesito hacerlo porque en cierto modo me atormenta, me hace sentirme culpable y creo que he encontrado la respuesta, se llama «frustración».
Entre esos «objetivos alcanzables» de los que antes hablaba hay dos que considero muy importantes: el primero es el sentimiento de pertenencia a un grupo, el segundo es sentir que de algún modo ese grupo necesita algo de mi, algo que me haga sentir útil. Después de intentar describir como llego a esa frustración quizás algunos piensen que se trata de una actitud infantil, inmadura y egocéntrica, y aún a riesgo de parecerlo me voy a sincerar.
Todo pasa y todo queda
Pero lo nuestro es pasar,
Pasar haciendo caminos,
Caminos sobre la mar.
Nunca perseguí la gloria,
Ni dejar en la memoria
De los hombres mi canción;
Yo amo los mundos sutiles,
Ingrávidos y gentiles
Como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse de sol y grana,
Volar bajo el cielo azul,
Temblar súbitamente y quebrarse…
Nunca perseguí la gloria.
Caminante son tus huellas el camino y nada más;
Caminante, no hay camino se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
Y al volver la vista atrás
Se ve la senda que nunca
Se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino sino estelas en la mar…
(Antonio Machado)
- YouTube: Caminante, no hay camino…
Cuando entras en una hermandad, el sentimiento de pertenencia a un grupo es sólo una ilusión y el tiempo te demuestra si realmente formas parte del núcleo de ese grupo o eres sólo una parte más superficial. En los últimos meses me he dado de bruces con una tendencia en el juego que a mi personalmente me está impidiendo socializarme al mismo nivel que el resto de mis compañeros… el chat de voz; el mismo que facilita la comunicación entre unos, se convierte en una barrera para otros. Yo no puedo hablar con la normalidad que lo hacen otros porque tenemos dos peques en casa, no puedo cerrar la puerta de la habitación donde juego porque no podría atenderlos si me necesitaran, y tampoco puedo hablar muy fuerte porque los despertaría (pues no juegues dirán algunos… ni hablar! ^^). Así que en el día a día acabo dando la sensación de ser un tipo introvertido o reservado cuando soy todo lo contrario (mis carcajadas no se oyen cuando se produce una situación graciosa) y con el tiempo la gente termina por no dirigirse por voz a aquellos que no van a responder por voz, es completamente normal. A corto o medio plazo, esta situación hace que pierda el sentimiento de pertenencia a ese grupo… y empiezo a frustrarme porque siento que no conecto como quisiera con el resto de la gente.
El segundo objetivo cae por su propio peso como una ficha de dominó. La sensación de «falta de pertenencia a un grupo» provoca que empiece a pensar cuan prescindible soy. Y es que por desgracia (o por fortuna) y con ese sentimiento o sin él es así de cierto, salvo contadas ocasiones todos somos prescindibles. La prueba de fuego se produce cuando de forma intencionada (guiado por esa frustración) me pongo a prueba a mi mismo y a la gente que me rodea reduciendo mi participación en eventos diarios ¿destructivo verdad? Así de exigente soy yo… es una espiral de la cual es difícil salir, porque demuestra que en el fondo somos piezas fácilmente reemplazables para cumplir otros objetivos en el juego más importantes que nosotros mismos. Pero es mi forma de evaluar si después de un tiempo, mi participación es meramente funcional (debido a mi rol en el juego) o se han estrechado lazos de amistad por encima de esa funcionalidad.
Derrumbados los dos pilares sobre los cuales yo personalmente construí mis expectativas llega el momento de cuestionarse si realmente ese grupo es el grupo con el que poder continuar con mi viaje.
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[…] estado bastante desconectada del Wow y todo lo que ello conlleva, en parte por lo comentado en el blog de Banthar y también por cosillas ajenas al juego en si, peeeeeeeeeero ya estoy aquí y quería […]