Adiós, Trastos de Guerra
La prudencia y la incredulidad (como si de entes con vida propia se trataran) me han recomendado retrasar la publicación de este artículo, pero ha llegado la hora de rendir un sencillo homenaje a Trastos de Guerra, que hace escasos días comunicaba escuetamente su cierre; un cierre inesperado y que al menos a mi, me ha dejado desconcertado. Esta es mi despedida, al más puro estilo hollywoodiense… o como debe despedirse a los grandes héroes.
La Catedral de la Luz está abarrotada. En ella se han reunido sus ciudadanos, personalidades, extranjeros y anónimos personajes llegados desde lejanas tierras. A todos ellos les une un mismo pesar, el adíos de Trastos de Guerra. Uno a uno se suceden los discursos, algunos más emotivos que otros. Es el turno de Banthar, se aproxima al altar, carraspea, y haciendo una ligera reverencia al obispo, se dirige a todos los asistentes para rendir su pequeño homenaje. A pesar de la multitud, su voz retumba en las paredes de la catedral:
La brevedad del discurso sorprende a algunos asistentes que empezaban a abstraerse realizando el tradicional recorrido por las columnas y la bóveda de la catedral. Banthar se arrodilla durante un breve instante y desaparece entre la multitud. En su memoria quedarán para siempre las palabras «Trastos de Guerra«…
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[…] ya tienen numerosas muestras de cariño e indiferencia por los foros oficiales, PlanetaWoW y blogs personales; por lo que, si me permiten y entienden la primera causa, no voy a reproducir […]